lunes, 2 de marzo de 2009

Año escolar 2009: Menos palabreo y más acciones


Lunes por la mañana y las calles dejaron atrás su soledad. Ahora, enrumban, junto a los panaderos y oficinistas madrugadores, las únicas personas que rogaban que el domingo no terminara nunca: los escolares. Empieza el ciclo escolar en el país, y con él sus deficiencias, los debates, las aulas a punto de quebrarse y la carrera hacia un objetivo, cada vez menos preciso.


El ministro de Educación, José Antonio Chang, inauguró, esta mañana, el año escolar 2009 en el colegio Nuestra Sra. de Guadalupe, donde estudian cerca de 2 mil niños en el nivel secundario. Algunos escolares hasta se desmayaron por el nerviosismo del primer día de clases. (Quizá la falta de un desayuno más papeado, como de los que se sirven en Palacio, fue la causa de los desvanecimientos). Chang aseguró que hoy 8 millones de alumnos retornarían a las aulas para “emprender sus labores académicas”. Sin embargo, qué es lo que realmente lograrán, a fines del 2009, esos 8 millones de escolares. Además, de culminar un año más (si es que el SUTEP lo permite), por lo menos la mitad debería lograr alcanzar un nivel más alto de conocimiento. Es lo ideal.


Analizando la gestión educativa del actual gobierno aprista, el sociólogo e integrante de Foro Educativo, Ricardo Cuenca, señaló esta mañana que en esta gestión es “donde más medidas se ha tomado del Magisterio pero menos avance se ha visto”. Hace apenas una semana, el mismo presidente Alan García destacó los resultados de la reciente evaluación de docentes, que en relación con el año pasado, habría superado en 10 veces el número de profesores aprobados. ¿Bastarán datos cuantitativos para medir el avance? Como bien analiza Cuenca las ganas no bastan. El resultado ‘apremiante’ destacado por García no debería ser el símbolo de orgullo del sector; quiénes hemos tenido la oportunidad de conversar con un alumno de colegio nacional y con los mismos profesores, podemos asegurar que las cifras no bastan. Los maestros no son vehículos en revisión técnica, con una calcomanía de ‘aprobado’ no se resuelve la deficiencia. La capacitación especializada sería una de las posibles salidas.

Sin embargo, a pesar que la última encuesta realizada por el Instituto de Opinión Pública de la PUCP revela que el 59% de limeños prioriza a los profesores bien preparados en las instituciones educativas, el tema de la infraestructura, la currícula educativa (cada vez más memorística que reflexiva), y la propia condición social de las familias de los escolares, son factores que deberían estar apareciendo en la agenda del actual ministro. Menos palabreo y más acciones están pidiendo los limeños (un 44% opta por los colegios particulares). Hace algunos días, el Jefe de Estado aseguró que la meta del gobierno es reducir el analfabetismo a menos del 4% antes de finalizar el 2011. Ojalá y recuerde que, como diría la especialista en el tema Madeleine Zúñiga, alfabetizar no es sólo aprender el alfabeto, firmar y escribir su nombre. Optimismo hay, en el gobierno sobra. Ahora es cuestión de encontrar un norte y no dejarlo escapar.

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